El siguiente artículo se publicó originalmente en Mares30 el 11 de julio de 2024.


Entrevistado por Toufiq Slimani

El mundo está cambiando rápidamente. Los acontecimientos se aceleran. Antes, los grandes cambios sucedían en décadas. Hoy, en un lustro, pueden pasar muchos cambios. Estamos asistiendo a un nuevo cambio en el orden mundial. El viejo orden mundial se desmorona y se vislumbra otro en el horizonte. Las guerras, crisis, tensiones, turbulencias, incertidumbres, violencias, entre otras, ya no son noticia sino ‘pan de cada día’. El mundo “se normaliza” con las guerras y violencias. El auge de la tendencia derechista amenaza la convivencia mundial. El cambio climático alimenta el miedo. Ante esta situación preocupante, se necesita la voz y el análisis de las cabezas pensantes. La voz y la palabra de los hombres de paz se necesita hoy más que nunca.

El diplomático español Miguel Ángel Moratinos, Alto Representante para la Alianza de Civilizaciones, con rango de Secretario General Adjunto, es un ejemplo vivo de la persona “sentipensante”. Un diplomático que no separa la razón del corazón. Siente y piensa al mismo tiempo. En esta entrevista exclusiva e inaugural concedida al recién nacido diario marroquí Mares30 aborda y analiza el mundo que se está construyendo, la expansión de la derecha en el Mundo y el estado de las relaciones entre Marruecos y España.

Además, explica el rol de la Alianza de Civilizaciones de Naciones Unidas en un mundo turbulento. Amen del papel de Marruecos como garante de la paz, estabilidad y entendimiento en la región y el Mundo.

Moratinos asegura también que la celebración conjunta del Mundial de 2030 entre Marruecos, España y Portugal es una gran oportunidad para reforzar la cooperación, colaboración, coordinación y el entendimiento entre Marruecos, España y Portugal. Un gran evento que une y reúne a los pueblos de la región.

Miguel Ángel Moratinos fue Ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación de 2004 a 2010. Siempre ha defendido las buenas y excelentes relaciones con Marruecos. No cansa de promover el diálogo entre los pueblos, el multilateralismo eficaz y el desarrollo sostenible.

Se dice que la geografía ha regresado y ya se impone, acelerando los cambios geopolíticos tanto en la región (El Mediterráneo y el Norte de África) como en el mundo en general. Parece que el viejo orden mundial se desmorona y se vislumbra otro en el horizonte. ¿Qué está pasando en el mundo?

La verdadera diplomacia debe apoyarse principalmente en dos dimensiones: la historia y la geografía. La historia nos ayuda a comprender el desarrollo de las relaciones entre países, muy particularmente entre vecinos, y es siempre muy útil tomar nota de los acontecimientos del pasado para no cometer errores en el presente y/o en el futuro. Junto a la historia, la geografía es uno de los pilares fundamentales de la geopolítica.

Hoy nadie duda de que el mundo es multipolar. Los diferentes polos, actores, culturas y civilizaciones tienen que encontrar un ‘modus vivendi’ para garantizar la futura gobernanza internacional.

En este mundo multipolar podemos observar la configuración de la comunidad internacional en distintos espacios de integración como unos gajos de naranja. Un gajo importante se encuentra en la zona de Asia-Pacífico, dirigido e impulsado de norte a sur por China, y hasta el Sudeste Asiático. En América tenemos otro gajo que va de Canadá a Latinoamérica, pasando por Estados Unidos y Centroamérica; y en Europa y África, podemos observar un nuevo espacio que lo constituiría el continente africano, unido al continente europeo a través del Mediterráneo. Se trataría de una vertical nueva en donde el centro de gravedad se situaría en el Estrecho de Gibraltar, es decir, en la península Ibérica y Marruecos.

De ahí la importancia de reforzar las relaciones hispano-marroquíes, y reforzar un nuevo eje de cooperación entre estos dos países.

La incertidumbre y preocupación han abocado al miedo. Este miedo se materializa en guerras, tensiones, conflictos y votos/escaños a favor de la ultraderecha y los populismos en muchos países. La Alianza de Civilizaciones es una necesidad hoy en día. ¿Cómo puede la Alianza de Civilizaciones contribuir a la paz en el mundo y fomentar el diálogo y la cooperación entre distintas naciones, religiones y comunidades en plena guerra en Europa (Ucrania) entre Rusia y Occidente, y en medio de la agresión israelí contra los civiles palestinos?

Como decía en la primera pregunta, el mundo ahora es multipolar, y es además complejo e incierto. La complejidad nadie la cuestiona, y junto con la incertidumbre, aumenta la dificultad de responder adecuadamente a los múltiples retos y desafíos que los distintos factores ponen en frente de la humanidad. Las sociedades, desgraciadamente, se refugian en posiciones de miedo y angustia, y no son siempre capaces de abordar el futuro con voluntad de cambio y adaptación.

Ese es precisamente el terreno fértil en el que se alimentan los populismos que, de manera incesante, prodigan mensajes de seguridad, protección, rechazos y nostalgias del pasado. Ante esta situación, los responsables políticos -que deberían liderar respuestas ilusionantes a unas sociedades confusas e ilustrarlas con proyectos innovadores y creativos- se limitan, desgraciadamente, a optar por soluciones simples, cortoplacistas y centradas en ofrecer seguridad, pero no una paz que garantice un futuro sostenible.

En la conocida ecuación de ‘Paz versus Seguridad’, las últimas décadas nos han mostrado una preeminencia absoluta de la opción militar y de seguridad, sin apostar por la búsqueda y el empeño en construir la paz. Esta tendencia está presente de manera esencial tanto en la crisis de Ucrania como en la crisis de Gaza. Ninguna de estas cuestiones se resolverá hasta que se opte por la acción político-diplomática. Cuanto más tardemos en optar por ellas, más destrucción y más difícil será construir la paz.

En este contexto, la Alianza de Civilizaciones trabaja para convertirse en la mejor plataforma para favorecer el diálogo entre los distintos actores que hoy en día están enfrentados y que han renunciado -por el momento- a encontrarse y discutir soluciones positivas. La Alianza permite crear pasarelas de debate para cambiar las percepciones polarizadas a nivel de distintos gobiernos, sociedad civil, líderes religiosos, culturas, sector privado y medios de comunicación. En definitiva, buscamos áreas de consenso para tratar de evitar que el mundo, como diría Albert Camus, se desmorone.

La ciudad de Fez acogió en noviembre de 2022 el 9º Foro Global de la Alianza de Civilizaciones de Naciones Unidas bajo el lema “Hacia una alianza para la paz: vivir juntos como una sola humanidad”. ¿Tras casi dos años, qué rol desempeñaron aquella cumbre y Marruecos en promover el diálogo, la paz y el entendimiento entre los pueblos?

El foro de Fez marcó un hito en la reciente historia de la Alianza de Civilizaciones. El mensaje de S.M. el Rey Mohamed VI mostró el camino que la Alianza debía seguir y que ha puesto en marcha desde su 9º Foro Global. Este camino es el de una alianza por la paz, en donde se exige el respeto mutuo entre todos los actores políticos, culturales y religiosos del mundo, y un compromiso colectivo para trabajar en políticas de prevención y de resolución de conflictos. El modelo de convivencia que Marruecos practica bajo la guía de S.M. el Rey sirve de guía inspiradora para avanzar en esta tarea.

Desde Fez, se acordó la celebración del décimo Foro de la Alianza de Civilizaciones de Naciones Unidas (UNAOC) el próximo noviembre en Portugal. ¿Cuáles serán los mensajes de la próxima cumbre en Portugal al mundo?

Nuestro próximo foro, el 10º, que tendrá lugar en Cascais, Portugal, en el mes de noviembre de este año, diseñará un nuevo Plan de Acción de la Alianza que buscará abarcar políticas que afectan a la totalidad de la humanidad. No se trata pues de buscar una respuesta conjunta entre el mundo Occidental y el mundo Arabo-islámico, como fue al comienzo de la andadura de la Alianza, sino de que todas las civilizaciones y culturas participen en esta nueva aventura humana que nos pueda conducir a una sola humanidad en paz y prosperidad.

¿Se ha convertido el fútbol en un mecanismo superdotado para tender puentes y fomentar el diálogo entre Marruecos, España y Portugal, en particular, entre los pueblos, en general?

Sí, el anuncio de la futura Copa Mundial de Fútbol organizada por los dos países de la península Ibérica y Marruecos es una excelente noticia. En esta ocasión, el deporte se ha adelantado a la política, aunque nadie puede ignorar que la decisión ha sido política.

Será la primera ocasión en que tres países (que como he señalado anteriormente van a constituir el centro de gravedad de las futuras relaciones entre el continente europeo y el africano) deciden asumir la responsabilidad de organizar un evento que hoy por hoy es el más visto y seguido por parte de los ciudadanos de todo el mundo.

Por lo tanto, Marruecos, España y Portugal indicarán cuál es la nueva tendencia deportiva, pero al mismo tiempo cuál es el compromiso de estos tres países, pertenecientes a continentes y culturas diferentes, en trabajar por la amistad y la cooperación.

¿Están las relaciones hispano-marroquíes hoy a salvo de los vaivenes políticos y las cuestiones conflictivas pendientes?

Hoy podemos celebrar uno de los mejores momentos de la historia bilateral entre España y Marruecos. Las relaciones de vecindad son siempre complejas, puesto que muchas veces interpretamos las fronteras como elementos de separación y división, y no como unión y cooperación.

En estos momentos, Marruecos y España -bajo sus dos liderazgos políticos- han asumido una apuesta estratégica de relación de amistad y cooperación permanentes.

Espero y deseo que ésta siga, ya que los dos países están llamados a desempeñar un papel clave en la configuración del nuevo mundo del siglo XXI.